El sello reproduce esta primera carta conocida y, sobrepuesta, una imagen del avión que inauguró la línea. Los sellos que se enviaron a Larache se agotaron enseguida y ya el 22 de octubre se conocen cartas donde el sobreporte aéreo, se abonaba con un sello de correo aéreo de una peseta, fraccionado por la mitad, sirviendo así como dos sellos de 50 céntimos para el pago de este sobreporte. La compañía CETA mantuvo la explotación de esta línea Sevilla-Larache hasta el final de la década de los años 20 del siglo pasado.