El billete de 100 pesetas fue una de las denominaciones más icónicas de la moneda española durante el siglo XX. Emitido por primera vez en 1928, este billete se mantuvo en circulación durante más de setenta años, hasta su retirada definitiva en 2002.

El diseño original del billete de 100 pesetas fue obra del artista español José López Sánchez, quien se inspiró en la figura de la reina Isabel la Católica para su creación. La imagen de la reina aparece en el anverso del billete, acompañada por un grabado del palacio de la Alhambra de Granada. En el reverso del billete se puede ver una vista de la ciudad de Toledo, así como la figura de Cervantes y una escena de la obra "Don Quijote de la Mancha".

A lo largo de los años, el diseño del billete de 100 pesetas fue objeto de varios cambios y actualizaciones. En 1953, se introdujo una nueva versión del billete con un diseño ligeramente modificado, en el que se incluyó una imagen de la Cibeles en el anverso y una escena de la batalla de Lepanto en el reverso. En 1970, se emitió una tercera versión del billete, que presentaba una imagen de la reina Sofía en el anverso y una vista de la ciudad de Granada en el reverso.

A pesar de estos cambios, el billete de 100 pesetas mantuvo su popularidad entre los españoles durante décadas. Muchos lo consideraban como un símbolo de estabilidad y prosperidad económica, y se convirtió en uno de los billetes más utilizados en el país. Sin embargo, con la llegada del euro en 2002, el billete de 100 pesetas fue retirado de la circulación, junto con todas las demás denominaciones de la moneda española.

Aunque el billete de 100 pesetas ya no se utiliza como medio de pago, sigue siendo objeto de interés para coleccionistas y aficionados a la numismática. Muchos consideran que su diseño clásico y elegante lo convierten en una pieza única de la historia de España, y su valor histórico y cultural es incalculable.